viernes, 21 de octubre de 2022

La Fe

El espacio de pocas emociones en el sostenimiento de la fe. Donde no hay en nuestro rostro sonrisas que acompañen toda la jornada, el disfrute de un clima agradable, las ansias de unas próximas vacaciones, reuniones con amigos, el embelesamiento de los logros profesionales o alcanzar las metas personales, ni la satisfacción en la familia. 

Nos alegramos y contentamos en todo eso. Porque, de hecho, es raro que en esos momentos de cúmulo de emociones logremos conseguir días consecutivos de autoanálisis. Normalmente eso ocurre en momentos recurrentes de sosiego íntimo. Para esto también es nuestra fe. No es solo para la pomposidad del éxito, la felicidad, las batallas ganadas o la respuesta de un pedido anhelado. 

Nuestra fe también es para los momentos en donde nos gana y arropa el silencio, no solo para cuando tenemos un desafío nuevo que abordar. Es también para cuando todo está callado. 
 
Nuestra fe es también para los momentos en que estamos en quietud, no solo cuando tenemos que salir a sacudir a los cabizbajos y quebrantados, sino para cuando todo pasa con lentitud y nada se mueve a ningún lado. Es también para cuando nos abandonamos en nuestros sentimientos y pensamientos, no solo para cuando tenemos que salir a mostrar nuestra mejor cara al mundo. La fe es una constante vivencia y experimento, a la cual debemos serle fiel cuando nada a nuestro alrededor está pasando. Y en el ejercicio de esos momentos, es de hecho, donde podemos entender su concepto.

martes, 28 de junio de 2022

La conyuntura del tiempo

Echo de menos los besos acelerados, pero mis labios hoy se resguardan de la prisa.

Echo de menos mis manos tibias en vos, pero que gusto aprender a darles calor.

Echo de menos mi agenda llena los fines de semana, pero disfruto no tener ganas que me afanan.

Echo de menos la tarea de aprender ese juego desde las gradas, pero que gusto ser por fin mi propia hinchada.

Echo de menos esa fase tuya de palabras dulces llenas de calma, pero es un alivio hoy no tener que buscarlas.

Echo de menos el desafío de amar día tras día, pero me agrada no tener que caminar tan sola todos los días.

Echo de menos no ser la que fui antes de vos, pero me alegra encontrar hoy mi nueva versión.

¿Qué es lo que extrañamos realmente?
¿La costumbre de no estar solos?
¿La resignación de no encontrar algo mejor?
¿El miedo a soltar por temor a padecer?

Porque el dolor es la respuesta esperable a todo esto. Porque quizá lo bueno de echar de menos sea justo esto; voltear, ver en el tiempo, y disfrutar hoy, el amor a voluntad.

Disfruto hoy encontrarme en esta etapa, en donde vos sos mucho más que un frío recuerdo, una lección.

miércoles, 13 de abril de 2022

Noches

A veces percibo la luz tras la persiana, como estrella, en mi noche callada. Tan directo es el hilo, y tan lejana la conexión.

Y en la noche de solitaria espera, me acerco a vos, con mis manos abiertas, con tacto de suspiro.

Y llevo un beso, escondido, que es timida mariposa, que aún no inicia el vuelo. En esa soledad en que amanezco y que me roba el alma en la alborada.

Y mis dedos al aire yo deslizo, flotando en el aire, esperando el contacto de tus brazos.

Y cierro los ojos sin dormirme, y creo que hay no sé si dos o un solo suspiro.

Porque larga es la noche e inmensamente hueca de un recuerdo, incapaz de acariciarme.

Por que soy idilio, y a veces ímpetu. Y suelo ser arrebato, también ternura, suavidad y sosiego. A veces en mis noches te percibo. 

lunes, 14 de febrero de 2022

Arponeados

Un beso le ofrecí. 
Me dibujaba un beso en la mejilla. Tan tranquilo, tan paciente. Pero en sus ojos reventaba el trueno, llámese tempestad o desenfreno.

Ese trueno que lo gestaba en su entraña, era sólo la orilla, de sensual precipicio, la cerilla próxima al polvorín. Era el terreno que una desea recorrer de lleno. Era frente a mi lancha una flotilla.

Todo bajo un barniz o camuflaje de retraimiento, su índole salvaje. Yo estaba casi a flor de su mirada.

En el reverso de su piel, yo lo besé. Allí, en el dorso de sus labios. Yo resido en esa zona, donde el alma se obstina en besar. Manos y labios, porque a los besos que se dan desde afuera, les falta claridad, son de madera. 

Un beso le ofrecí, voluptuosa. Y cuerpo a cuerpo, nos quedamos arponeados. 

martes, 18 de enero de 2022

Reconocimiento

Te agradezco la flor de la tristeza que pusiste en mi solapa, cada día viviendo su orfandad mas de rencor vacía, fluctuando entre nostalgia y gentileza.

Ya no me hace sufrir aquello que no dijiste, que tan festivamente ayer decías. Mi fervor ya no reprocha, ni reclama tus palabras ausentes y frías. 

La vida es más auténtica y compruebo que solo a vos, ex amante mío, te la debo por procurar esta tersa claridad. 

Todo ese candor de silencio hoy me produce alegría. Ahora solo pretendo que quien dice que ama, lo haga seguro, rotundo e incondicional, sin arrojar a nadie en las vías. 

Hoy miro el mundo con mis propios ojos. Serena, libre de enojos, sin abdicar mi propia identidad.

domingo, 7 de noviembre de 2021

El silencio de la coraza

Es la admiración en la mirada de muchos a su alrededor, el apego de algunos, la calma de otros. La inspiración en donde sus amigos encuentran fuerzas; y su familia, su orgullo. El lugar en donde todos quieren ser breves para recargarse de energía y luego continuar. 

Con una mirada basta para afirmar que lo tiene todo y hasta parece no necesitar nada. Tanta es la certeza de lo que se puede observar externamente que ni siquiera hay tiempo de cuestionarle nada. 

El formato de su personalidad y resiliencia, hicieron que otros vean ínfimo su umbral del dolor, cayendo inclusive en la certeza de que si algo puede afectarle en lo profundo, lo puede sanar al segundo. Es imposible para ellos notar un dolor prolongado.

Tan fuerte es la apreciación externa que muchos se convencieron de que las heridas pueden llegarle las veces que sean necesarias, porque al fin y al cabo su alma derrocha valentía y ellos la confunden con indiferencia. Como si un acto de cobardía pudiera ser bien recibido porque no le causa un susto ni mucho menos dudas, pues bien sabe que "no es lo que merecía". Se restaura, se reinventa y reescribe su historia.

El último suceso referente fue ese frio desenlace de un amor ingrato y forzado, que si bien, por fin acabó con el abastecimiento de las migajas de cariño que recibió, la supuesta conclusión dejó más confusiones escondidas dentro de un “vas a superarlo todo, por tu belleza, por tu bondad, siempre pudiste y siempre podrás”.  Nuevamente el mismo argumento que los permite u habilita a dañar lo que sea sin intenciones de reparar nada. 

¿No es un cometido desgarrador el concepto de su fortaleza? ¿No es acaso mal interpretado por todos ellos? ¿Con qué derecho creen poder habilitarse ese aprovechamiento?

De todo esto hay una seguridad absoluta, y es que en su camino de búsqueda de una compañía autentica, aún no se ha encontrado con el verdadero aprecio y sensibilidad. 

Ojala que tenga una verdad amable, contenedora y tierna, esperándole a la vuelta de la esquina, cada vez que elija cambiar de rumbo. Y ojalá que suceda una vez y para siempre.
Ansío el día en que venga a contarme que llegó alguien que no goza de aprovechamientos, que en la suela de sus zapatos no haya rastros de palabras, alguien que le cuente que ya no necesita ser el proceso de nadie, que tenga un bolsón lleno de certezas, que sepa como bajar su coraza y proteger su fortaleza. 

domingo, 10 de octubre de 2021

Olmos

Mientras en mi afán de encajonar recuerdos te depositaba, desempolvé aquel beso. Que ansiedad, que expectativa como galopaba el loco corazón. Que cosa detenerse en un banquito del recuerdo y que parezca recién dado.

La temblorosa velada, el valiente abrigo rojo, los brackets y el sabor inigualable de los chicles menta. Que cosa recordar las largas charlas bajo un cielo gris en pleno julio helado. Cierro un instante los ojos con los besos todavía tibio entre los labios. 

Pero fuiste.
Fuiste una vez el ansia que ya no eres, la sombra y voz que ya no van conmigo, el afecto en que ya no me prodigo, y hoy la ausencia en que lentamente mueres.

Un tiempo fuiste daga, hoy ya no hieres; ni me interno en tu mies ni en ella espigo; y al no tener madera de mendigo, no rogaré tu vuelta o que me esperes.

El olmo seguirá temblando al viento, el arroyo en su canto o su lamento, y en su locuacidad el estornino.

Como ahora están, continuarán las cosas. No suelen germinar las mismas rosas que agostará la escarcha en el camino. 

lunes, 26 de julio de 2021

Carta abierta.

Tu bienestar hoy exige mi ausencia por tiempo indefinido, y no le voy a cuestionar. Mi línea de afecto y compromiso no va a competir jamás con eso.   

Y aunque muchos a mi alrededor se alegraron con mi duelo, no tengo nada que celebrar con ellos. Conozco tu corazón, tu entrega y tus limites. Conozco tus sueños. Conozco tu historia. Conozco tus debilidades, tus preocupaciones y tus frustraciones, así como también conozco tu potencial y tus fortalezas; estuve frente a frente con todos ellos.

Los contratiempos en tu camino no me daban miedo, podía seguir estando fuerte y segura en medio de ellos. En la lejanía voy a seguir confiando, atenta a tus frutos y rendimientos.

Mis oraciones al Creador incluyen tu nombre día tras día, sin anidar falsas esperanzas ni forzando plegarias que nos unan de nuevo. Sino con la única intención de seguir ayudando a que tus procesos sigan firmes y que perseveres con ellos.

Y aunque mi corazón sea tentado a que la vida nos vuelva a encontrar cuando estemos preparados, no me arraigo en sus deseos.

Cariño mío. Libero tu conciencia de haber gastado mis años y te regalo la certeza de mi aprendizaje y resiliencia. Pido perdón por mis errores que también indujeron a los tuyos. Veo oportuna nuestra distancia para sanarlos cada uno.

Pero no te niego. Se me bloquea helada la sonrisa, mudos mis labios, y el semblante frío; mi rostro empapado todas las noches, no parece mío, ni mi pie reconoce dónde pisa. Estoy que no distingo a donde ir, pero no tengo prisa. 

Todo aquello que nos hace mejores, que nos hace más fuertes, que nos da una visión diferente de la vida y nos subraya lo realmente importante, vale la pena vivirlo. 

 Nunca pensé que lo que más rechacé, que a lo que más me resistí, que lo que más me dolió, fuese justamente lo que me transformaría en la mejor versión de mí.

Desconozco qué tan provechosa o desafortunada te fue mi compañía. Pero por mi parte te digo con satisfacción que experimenté el amor más desinteresado de toda mi vida. Me calé a mí misma. Descubrí mi capacidad de entrega y compromiso, conocí mi sin reparo forma de amar. Hoy me llevo a una mujer que se conoce completa, y firme en sus sentimientos. Si te amé fue porque quise, nada me debés.

Regresé del amor varias veces, con trozos de corazón en los bolsillos, las vísceras en las manos, una que otra victoria, e infinitas ganas de volver a amar. 

Aunque me llegue el amor, voy a dejar mi puerta abierta para vos toda la vida. Mirando fijamente el fondo de tu vaso, esperando el día en que hagas durar un sueño.


domingo, 22 de marzo de 2020

Pupa

Dos primaveras arduas, y emprendieron vuelo. No se sabe a donde van.
Escuché que se mudan porque concluyen la tarea y hay necesidad en otro lugar, hay mucha demanda es verdad; algunos dicen que desaparecen y se esconden, y otros más descontentos dicen que mueren. 

Habíamos acordado una charla el domingo pasado y se nos olvidó por completo, recordamos aquello sólo por la roncha que nos dejó el enojo, que más tarde se arregló con un mojito flojo. 

Cambiamos el "me muero por verte hoy", a "quiero verte hoy" —morir ya no es requerimiento—. Así como un te extraño que cuando ausente, no quebranta más; pero cada que llega no nos viene mal.

La seguridad de nuestros afectos hicieron el camino más ligero. 
Olvidando dedicar canciones, comenzamos a amar dedicar más tiempo; la comunicación se volvió el escape favorito.

Las discusiones aumentaron, pero el conflicto ya no duerme con nosotros. Se apagan los resentimientos y se prenden luces de promesas; el fin de un capítulo que está por escribirse. 

Quizá se aprende a acariciar en lo abstracto. Nos despedimos y a su espalda mil besos se encaraman mientras se va, deslizándose por ella como niños en tobogán. 

Independientemente de quién de los dos las haya atesorado más, y hasta si juntos las hicieron perdurar, cada quién por su lado las sabrán cosechar. 

Lo cierto de todo esto es que las mariposas no se marchan sin dejar las pistas, algunos las ignoran y sólo extrañan el breve alboroto de su compañía; otros las toman y aunque no tienen idea de cómo usarlas, buscan fuertemente qué hay después de ellas. 

No sé si me lean, lindas, pero hoy llena de convicción y agradecimiento les digo que, vamos a estar bien.

viernes, 9 de agosto de 2019

De donde nacen

Siento rasguños al escribir, siento llorar mis letras, rasguños en mis pupilas, porque no sé y porque no entiendo, cómo puede un ser humano darme tanto apego. Mi desahogo una vez más se desborda acá, en donde sé que me observas.

Las ideas son frías si tu lenguaje es cálido, habrá nacido en un paraje de misterio, donde no se razona, donde sólo hay latidos y se habla con los dedos.

Bien sabes que conozco tu estrategia, que nunca te rechazo, que bien te entiendo sin saber tu idioma.

Sos presencia viva que inevitablemente se deshoja sobre mi superficie, tal que un acto de amor, tal que una rosa. Me saturo de tu aire diariamente.

Tu afecto es a mí un refugio, prefiero no dormir, quiero alargarlo hasta que la vista de la aurora llegue con sus nudillos retozones en el cristal de la ventana

En ese punto partímos a las labores reiniciándose mis grises horas, de un mundo que en tu ausencia, pierde la luz, gracia y aroma.

Pero si acaso nos place quedarnos, no tengo apuros, no me apresuro, hay una mano leve en mis cabellos que me alborota entera.

Y así a veces nacen los poemas por los que tanto preguntas; se agitan inquietos en sus nidos, despiertan, no duermen si tu mano me arropa.

La Fe

El espacio de pocas emociones en el sostenimiento de la fe. Donde no hay en nuestro rostro sonrisas que acompañen toda la jornada, el disfru...